Lucas 9, 7-9
"La Perplejidad de Herodes: ¿Quién es Este de quien Oigo Hablar?"
“7 El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba y estaba muy perplejo, porque algunos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; 8 otros, que se había aparecido Elías; y otros, que había resucitado uno de los antiguos profetas. 9 Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este de quien oigo decir semejantes cosas?». Y trataba de verlo.”
Contexto
Este breve pero significativo pasaje del Evangelio de Lucas se encuentra justo después de que Jesús ha enviado a los Doce Apóstoles en su primera misión (Lucas 9,1-6). Los apóstoles han ido de pueblo en pueblo "anunciando la Buena Noticia y sanando por todas partes". Como resultado, la fama de Jesús y de su movimiento se extiende, llegando hasta los oídos del gobernante de Galilea, Herodes Antipas, el mismo que había mandado ejecutar a Juan el Bautista.
Tema Central
El tema central es la reacción de perplejidad y curiosidad inquieta de Herodes ante la creciente fama de Jesús. Herodes, con una conciencia culpable ("A Juan lo hice decapitar"), no sabe cómo interpretar la identidad de este nuevo y poderoso profeta. La pregunta que se hace, "¿Quién es este de quien oigo decir semejantes cosas?", resume la cuestión fundamental que recorre todo el Evangelio y se convierte en el motor de su deseo de conocer a Jesús.
Aplicación a nuestra actualidad
La figura de Herodes y su reacción ante Jesús nos ofrecen una advertencia y una invitación al discernimiento:
El Eco de la Misión: La predicación y las obras de los discípulos hacen que la fama de Jesús "llegue a oídos" del poder. Esto nos recuerda que el testimonio fiel de la Iglesia nunca es irrelevante; tarde o temprano, interpela al mundo y a sus estructuras de poder.
La Perplejidad ante Jesús: Herodes está "muy perplejo". No puede encasillar a Jesús en sus categorías conocidas. La persona de Jesús siempre desborda nuestras expectativas y nuestras explicaciones fáciles. Él es siempre "más" de lo que pensamos. La perplejidad, la pregunta, el asombro, pueden ser el inicio de un camino de fe.
La Conciencia Culpable: "A Juan lo hice decapitar". La memoria de su crimen tiñe la forma en que Herodes ve a Jesús. Su conciencia culpable lo persigue y lo lleva a pensar en resurrecciones y fantasmas. Esto nos muestra cómo nuestro propio pecado no resuelto puede distorsionar nuestra percepción de Dios y de su acción en el mundo. Una conciencia manchada no puede ver con claridad.
La Pregunta Fundamental: "¿Quién es Este?": Esta es la pregunta que cada persona, en cada época, debe responderse. No basta con saber lo que "otros dicen" (que es Juan, que es Elías...). Es una pregunta personal. Herodes se la hace, pero su motivación es ambigua. ¿Y cuál es la nuestra?
El Deseo de "Ver" a Jesús: "Y trataba de verlo". El deseo de Herodes no es el de un corazón que busca la conversión, sino probablemente el de la curiosidad, el de quien quiere ver un espectáculo o controlar una amenaza. Más adelante en el Evangelio, cuando finalmente vea a Jesús durante la Pasión, se burlará de Él (Lucas 23,8-11). Esto nos advierte que no todo "deseo de ver a Jesús" es auténtico. Podemos buscar a Jesús por curiosidad, por interés, por tradición, pero la única búsqueda que conduce a la vida es la que nace de un corazón humilde que anhela la salvación.
Este pasaje nos invita a examinar nuestra propia respuesta a la fama de Jesús. ¿Nos deja perplejos, nos interpela? ¿Nos hacemos la pregunta fundamental sobre su identidad? ¿Y con qué motivación "tratamos de verlo"? ¿Con la curiosidad superficial de Herodes o con el corazón abierto de un discípulo que busca la verdad y la vida?
Preguntas para la reflexión
Cuando oigo hablar de las "obras" de Jesús en la Iglesia y en el mundo de hoy, ¿me quedo en la indiferencia, o me siento "perplejo/a" e interpelado/a a preguntarme más sobre Él?
¿Hay alguna "conciencia culpable" o algún pecado no resuelto en mi vida que esté distorsionando mi manera de ver a Dios y su acción?
¿Cuál es mi respuesta personal a la pregunta "¿Quién es este de quien oigo decir semejantes cosas?"?
¿Con qué motivación "trato de ver" a Jesús en mi vida de oración, en la liturgia, en los demás? ¿Con la curiosidad de Herodes o con el anhelo de un discípulo?
¿Cómo puedo pasar de una simple "curiosidad" sobre Jesús a un verdadero encuentro transformador con Él?
Oración
Señor Jesús, cuya fama se extendía y dejaba perplejos a los poderosos. No permitas que nos acerquemos a Ti con la curiosidad superficial de Herodes. Despierta en nosotros una pregunta sincera y profunda sobre quién eres Tú. Sana nuestra conciencia culpable para que podamos verte con claridad, y que nuestro deseo de verte no sea para satisfacer nuestra curiosidad, sino para encontrar en Ti la salvación y la vida eterna. Amén.