Salmo 112(111), 1-2. 4-5. 9
"Retrato del hombre de corazón generoso"
"1. ¡Aleluya! Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. 2. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. 4. Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. 5. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. 9. Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad."
Contexto
Este salmo es un poema sapiencial, es decir, de sabiduría. Pertenece a un par de salmos "gemelos", el 111 y el 112.[1] Ambos son acrósticos, lo que significa que cada línea comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo, mostrando un orden y una plenitud.[1] Mientras que el Salmo 111 describe las maravillosas obras de Dios, el Salmo 112 describe a la persona que teme y ama a ese Dios.[2][3][4] Es, por así decirlo, el reflejo de la bondad de Dios en la vida de un creyente.[4] El "temor del Señor" que se menciona no es miedo, sino una profunda reverencia y un amor respetuoso que se traduce en obediencia.
Tema Central
El tema central es la felicidad y la bendición que acompañan al hombre justo y generoso. El salmo dibuja un retrato del creyente ideal: alguien que encuentra su alegría en seguir los caminos de Dios. Esta rectitud no es solo una piedad interna, sino que se manifiesta externamente en acciones concretas de bondad, compasión y, sobre todo, una generosidad desbordante hacia los necesitados. La consecuencia de este estilo de vida es una bendición que abarca a su familia, su trabajo y que le otorga una luz interior incluso en momentos de oscuridad.
Aplicación a nuestra actualidad
En una cultura que a menudo mide el valor de una persona por su riqueza, poder o éxito individual, este salmo nos presenta un modelo de vida radicalmente diferente. La verdadera felicidad ("dicha") no se encuentra en acumular, sino en compartir. Nos enseña que la fe en Dios no puede estar desconectada de la justicia y la compasión en nuestros asuntos diarios.
Ser "luz en las tinieblas" hoy significa ser focos de integridad, bondad y esperanza en un mundo a menudo cínico y oscuro. La generosidad de la que habla el salmo no es solo dar lo que nos sobra, sino tener un corazón compasivo que se duele con el necesitado y actúa en consecuencia. "Administrar los negocios con rectitud" es un llamado a la ética en el trabajo, a la honestidad en nuestras finanzas y a la justicia en todas nuestras transacciones. En definitiva, el salmo nos invita a descubrir que cuanto más reflejamos la generosidad de Dios en nuestra vida, más plena y segura se vuelve esta.
Preguntas para la reflexión
¿En qué consiste para ti "temer al Señor" en tu vida cotidiana? ¿Cómo se manifiesta ese respeto y amor en tus decisiones?
El salmo describe a la persona buena como una "luz en las tinieblas". ¿En qué situaciones o con qué personas sientes que estás llamado a ser esa luz?
Al pensar en tu forma de manejar tus recursos (tiempo, dinero, talentos), ¿de qué manera podrías crecer en la generosidad y compasión que describe el salmo?
¿Qué significa para ti "alzar la frente con dignidad"? ¿Asocias esa dignidad con el éxito material o con la integridad y la generosidad de corazón?
Oración
Señor, Bondadoso, Compasivo y Justo, te doy gracias por mostrarme el camino a la verdadera felicidad. Te pido que siembres en mí un profundo amor por tus mandamientos para que mi vida dé frutos de justicia y bondad. Libera mi corazón del egoísmo y hazme generoso para compartir abundantemente con los pobres y necesitados. Concédeme la gracia de ser una luz en medio de las tinieblas del mundo, reflejando tu compasión en todo lo que hago, para que mi vida te honre y mi frente se alce con la dignidad de quien confía plenamente en Ti. Amén.