Lucas 16, 1-8
"La astucia para ganarse el Cielo"
"1. Decía también a los discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. 2. Lo llamó y le dijo: "¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto". 3. El administrador pensó entonces: "¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. 4. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!". 5. Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?". 6. "Veinte barriles de aceite", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez". 7. Después preguntó a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?". "Cuatrocientos quintales de trigo", le respondió. El administrador le dijo: "Toma tu recibo y anota trescientos". 8. Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz»."
Contexto
Esta es una de las parábolas más desconcertantes de Jesús y está dirigida específicamente a sus discípulos.[1][2] Se encuentra justo después del capítulo 15 de Lucas, que contiene las famosas parábolas de la misericordia (la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo). Tras hablar de la infinita misericordia de Dios, Jesús cambia de tema para enseñar sobre el uso de los bienes materiales y la necesidad de una decisión radical y astuta frente al Reino de Dios.[2] La parábola del administrador infiel abre un capítulo dedicado a la relación correcta con las riquezas.[2]
Tema Central
El tema central no es una alabanza a la deshonestidad, sino a la astucia y la decisión audaz con la que el administrador afronta su futuro.[1] Al verse despedido y en una crisis inminente, no se queda paralizado, sino que utiliza los recursos que aún tiene a su disposición (su cargo, por poco tiempo) para asegurarse un futuro. Jesús contrapone la sagacidad de este hombre para resolver su situación terrenal con la falta de sagacidad de los "hijos de la luz" (los creyentes) para asegurar su futuro eterno. Es una llamada a la acción inteligente y decidida en la vida espiritual.[1][3]
Aplicación a nuestra actualidad
Este pasaje nos sacude y nos pregunta con qué seriedad nos estamos tomando nuestra vida y nuestro destino eterno. A menudo, planificamos meticulosamente nuestra carrera, nuestras finanzas o nuestras vacaciones, demostrando una gran astucia para las cosas de este mundo. Jesús nos interpela: ¿usamos esa misma inteligencia, esa misma creatividad y esa misma urgencia para las cosas que de verdad importan?
La parábola nos invita a considerarnos "administradores" de los dones que Dios nos ha dado: nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestra salud, nuestros bienes materiales. Todo es un regalo que se nos ha confiado para gestionarlo bien. La "crisis" del administrador (su despido inminente) es una imagen de nuestra propia vida: es finita y un día tendremos que rendir cuentas. Por tanto, el tiempo que tenemos ahora es la única oportunidad para "ganarnos amigos en el cielo", es decir, para invertir en lo que tiene valor eterno: el amor, la generosidad, la justicia, la misericordia. No se trata de ser deshonestos, sino de ser radicalmente inteligentes en nuestras prioridades, usando los medios de este mundo no para atesorar egoístamente, sino para construir el Reino de Dios.
Preguntas para la reflexión
¿Qué dones (tiempo, capacidades, recursos) te ha confiado Dios? ¿De qué manera los estás administrando para asegurar no solo tu futuro terrenal, sino tu futuro eterno?
Frente a una decisión importante en tu vida, ¿actúas con la misma audacia y decisión que el administrador de la parábola, o te dejas llevar por la pereza o el miedo?
¿Cómo puedes usar de manera más "astuta" y creativa los bienes de este mundo para ayudar a los demás y así "ganar amigos" para el Reino de los Cielos?
Jesús dice que los hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz. ¿En qué aspectos de tu vida espiritual podrías ser más proactivo y decidido?
Oración
Señor Jesús, que conoces mi corazón a menudo dividido entre los afanes del mundo y el deseo de seguirte, te pido que me concedas la audacia y la sabiduría del administrador de la parábola. Ayúdame a no dormirme en mi fe, sino a usar cada día y cada don que me has dado con la astucia de quien sabe que se juega un tesoro eterno. Que sepa invertir mi vida en el amor y el servicio, para que al final de mis días, Tú mismo me recibas en tu casa. Amén.