Salmo 98(97), 5-9
"La creación entera aclama a su Rey"
"5. Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; 6. con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. 7. Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; 8. aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. 9. Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud."
Contexto
Este pasaje es la segunda parte de un salmo que celebra el reinado de Dios sobre toda la creación.[1] En los versículos anteriores, el salmista invitaba al pueblo de Israel a entonar un "canto nuevo" por la victoria salvadora de Dios, una victoria que ha sido revelada a todas las naciones.[2][3] Ahora, en estos versículos, la invitación a la alabanza se expande de manera espectacular: ya no es solo el pueblo con sus instrumentos, sino que toda la creación, personificada, es llamada a unirse a este concierto universal para aclamar a su Creador, que viene como Rey y Juez justo.[4]
Tema Central
El tema central es la alabanza cósmica a Dios, Rey y Juez justo. La alabanza, que comenzó con arpas y trompetas, se desborda hasta incluir el rugido del mar, el aplauso de los ríos y el grito de júbilo de las montañas.[5] Toda la naturaleza es presentada como un coro inmenso que aclama la llegada inminente de su Señor. Esta llegada no es motivo de temor, sino de alegría universal, porque su gobierno se fundamentará en dos pilares: la justicia y la rectitud.[6]
Aplicación a nuestra actualidad
En una época marcada por la crisis ecológica y una visión a menudo utilitarista de la naturaleza, este salmo nos ofrece una perspectiva revolucionaria. Nos enseña a ver la creación no como un objeto inerte para ser explotado, sino como un sujeto vivo que, a su manera, participa en la alabanza a Dios. Nos invita a afinar el oído de nuestro corazón para percibir el "aplauso de los ríos" y el "grito de gozo de las montañas".
Este texto es una poderosa llamada a una ecología espiritual. Cuidar el medio ambiente se convierte, desde esta óptica, en un acto de respeto hacia nuestros "compañeros de coro" en la alabanza a Dios. Además, la certeza de que el Señor viene a gobernar el mundo "con justicia y con rectitud" es una fuente de inmensa esperanza. Nos asegura que, a pesar del desorden y la injusticia que vemos, la última palabra no la tiene el caos, sino el Juez justo y bueno. Esto nos debe impulsar a trabajar por la justicia en nuestro mundo, sabiendo que estamos colaborando con el proyecto definitivo de Dios.
Preguntas para la reflexión
¿De qué maneras puedes unirte conscientemente a la alabanza de la creación en tu vida diaria?
¿Cómo cambia tu relación con la naturaleza el verla no como un recurso, sino como un sujeto que alaba a Dios junto a ti?
Ante situaciones de injusticia que te abruman, ¿cómo te fortalece la fe en que el Señor viene a gobernar el mundo con justicia y rectitud?
Si los ríos "aplauden" y las montañas "gritan de gozo", ¿cuál es la forma particular y única en que tú puedes aclamar al Señor, que es Rey?
Oración
Señor, Rey del universo, que eres aclamado por toda la creación, te pido que abras mis oídos para escuchar el canto del mar, de los ríos y de las montañas. Ayúdame a unir mi pequeña voz a ese inmenso coro de alabanza. Que la certeza de tu venida como Juez justo llene mi corazón de esperanza y me impulse a trabajar por la justicia y la rectitud en mi pequeño rincón del mundo, hasta que todo sea restaurado en ti. Amén.