Salmo 34 (33), 2-3. 16-19
"Alabanza y Confianza en el Dios que Escucha"
2 Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. 16 Los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan sus clamores; 17 el rostro del Señor se vuelve contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su recuerdo. 18 Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias; 19 el Señor está cerca de los que tienen el corazón destrozado y salva a los de espíritu oprimido.
Contexto
El Salmo 34 es un salmo de acción de gracias y de sabiduría, atribuido a David, que celebra la bondad y la protección de Dios hacia los justos. El salmista anima a otros a unirse a él en la alabanza, compartiendo su experiencia personal de haber sido escuchado y liberado por el Señor. Se estructura como un poema alfabético (aunque en la liturgia y en las selecciones se omiten algunos versículos) y contrasta el destino de los justos con el de los malvados, enfatizando la cercanía de Dios a los que sufren y la justicia divina.
Tema Central
El tema central es la alabanza constante a Dios por su bondad, su cercanía y su cuidado providencial hacia los justos, especialmente aquellos que sufren. Afirma que Dios escucha los clamores de los afligidos, los libra de sus angustias y está cerca de los que tienen el corazón destrozado.
Aplicación a nuestra actualidad
En la vida moderna, con sus prisas y sus desafíos, a menudo nos encontramos con situaciones que nos desaniman o nos hacen sentir solos. Este salmo es un bálsamo para el alma. Nos invita a una actitud de alabanza constante, no solo cuando las cosas van bien, sino "en todo tiempo". Esta alabanza no es una negación de la dificultad, sino un acto de fe que reconoce la presencia de Dios incluso en medio de ella.
Nos ofrece una esperanza profunda, al recordarnos que "los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan sus clamores". No estamos solos en nuestras luchas. Cuando nuestro corazón está destrozado, cuando nos sentimos oprimidos por el espíritu, este salmo nos asegura que "el Señor está cerca". No es un Dios distante e indiferente, sino uno que se inclina para escuchar y para salvar. Nos anima a llevar nuestras preocupaciones, nuestras tristezas y nuestras angustias a Él, con la certeza de que Él nos escucha y actuará en nuestro favor, no necesariamente quitando el dolor, pero sí transformándolo con su cercanía y su consuelo. Es una llamada a la confianza radical en un Dios que se preocupa personalmente por cada uno de nosotros.
Preguntas para la reflexión
¿Cómo puedo hacer de la alabanza una práctica más constante en mi vida, incluso en medio de las dificultades?
¿Qué significa para mí que "los ojos del Señor miran a los justos y sus oídos escuchan sus clamores" cuando me siento angustiado?
¿De qué manera he experimentado la cercanía del Señor cuando he tenido el "corazón destrozado" o el "espíritu oprimido"?
¿Cómo puedo compartir mi experiencia de la bondad de Dios para que "lo oigan los humildes y se alegren"?
Oración
Señor, Dios de mi vida, te bendigo en todo tiempo y elevo mi alma a ti. Gracias porque tus ojos están sobre los justos y tus oídos atentos a mis clamores. Cuando mi corazón esté destrozado y mi espíritu oprimido, sé que tú estás cerca para salvarme. Ayúdame a confiar plenamente en tu amor y a proclamar tu bondad para que muchos se alegren en ti. Amén.